Mi viaje a México no ha sido del todo divertido, los compañeros del curso son poco sociables y mi hotel queda lejos del centro, por lo que no hay mucho que hacer en la noche.
De hecho he pasado metido en el hotel gran parte del tiempo, hasta servicio a la habitación he tenido que solicitar varias veces.
El viernes para sobrevivir a la agüevazón, me fui al JJ Charles del Mundo E, que es como el extinto Carlos & Charlies de Costa Rica, al principio sólo grupos de gente, cuando entré era la única persona sola en el lugar, en la barra no habían sillas y las usaban para subir a las "chavas" a bailar, ni se hagan ideas que no son tan bonitas las mexicanas, de verdad que en Costa Rica hay mujeres bonitas, porque acá en México... todas son medias gordillas y cholas.
Por suerte un bartender se puso a hablar conmigo, buena nota el mae, hasta nos tomamos un trago, que no tenía nada de alcohol, según él me iba a jumar, al rato entraron dos amigas del bartender y se colocaron a la par mía, una era como la media novia del mae y la otra era amiga de la primera que la andaba cuidando la segunda tiene novio y se casa el próximo año, pero fue a cuidar a la primera porque es una chiquilla de 20 años que anda detrás del bartender que tiene como 27 y el bartender que les digo es como el animador del lugar así que se pueden imaginar.
Las únicas mujeres bonitas del lugar eran unas checas, habían dos que parecían modelos llegaron con un grupo de mexicanos, las checas son bonitas en general en cualquier parte del mundo, y había otra checa que parecía un cadáver de lo flaca que estaba. Claro, los mexicanos como locos, obviamente las subieron a la barra y al igual que el Carlos & Charlies de Tiquicia les zampaban guaro, como sólo ponían tecno y varas fáciles de bailar, no bailaban tan mal. Me hizo gracia que pusieron un poco de raga-muffin: "¡Papi papi papi chulo!" Así que yo me subí a bailar en mi lado de la barra.
Total llegué a las dos de la mañana, con cinco tragos entre pecho y espalda y el sábado me tenía que levantar temprano porque iba de "tour" a la Basílica de la Virgen de Guadalupe y a las pirámides de Tenochtitlán. Me tocó levantarme a las siete y treinta, quizás por no haber cenado, o la falta de sueño, la vara es que estaba con un gomón y un sueño tremendos.
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