Aunque no les guste a la minoría parlamentaria y a los sindicatos, es obvio que estamos frente a una nueva forma de democracia: El de las mayorías plurales.
En este sistema varios partidos se ponen de acuerdo para aprobar leyes, o en este caso tratados internacionales. Estamos hablando de dos terceras partes de la asamblea que apoyan una iniciativa, estamos hablando de 38 votos, sí el número mágico de 38 votos a favor de algo.
Llama la atención que Alberto Cañas, del PAC, diga con sabiduría que: "mientras hagan sus mayorías en el marco de la legalidad, diay que las hagan, ¡qué se va a hacer!". "Si para un proyecto tienen los votos suficientes, para aprobarlos, que lo aprueben, aunque yo no esté de acuerdo".
Desafortunadamente algunos como Alberto Salom, Elizabeth Fonseca, José Merino y Óscar López no quieren entender esta nueva forma de democracia.
Sin duda la aprobación del TLC nos dejará grandes enseñanzas de cómo se debe manejar la Asamblea Legislativa de ahora en adelante. Pronto le aplicarán este procedimiento a reformas fiscales y otras leyes.
Es más, me inclino a pensar que sin darnos cuenta, hasta tenemos Primer Ministro al estilo francés: Rodrigo Arias.
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