Al leer el reportaje de La Nación sobre el plan de gastos del gobierno para el 2006, me doy cuenta porqué estamos mal y vamos cada vez peor.
Nuestro gobierno, y por ende el país es como un señor que lo debe todo y aún así se gasta el dinero en lo que no debe.
Creo que todos conocemos a alguien así, esas personas que dejan "perros amarrados", que le piden prestado dinero a uno para comprar almuerzo y nunca pagan, pero tienen dinero para irse a echar unos traguitos el fin de semana. Como aquellas señoras que no le compran ropa al chiquito, pero sí tienen suficiente para ir al salón de moda a arreglarse las el pelo y uñas.
El miércoles pasado me tocó trabajar en la noche, y de camino a la casa vi como estaban llenos los bares en el camino y la entrada a Heredia, el jueves 15 de setiembre pasé por varios bares y lo mismo, llenos de gente tomando licor. Los ticos nos quejamos de que no hay plata, pero tenemos dinero para ir a tomar. Nos quejamos de que no hay plata, que la gasolina está cara y vemos las filas de carros todos los fines de semana para ir a pasear.
Volviendo al gobierno, desde hace muchos años el gobierno decidió hacer crecer el aparato estatal y darle trabajo a un montón de gente sin importar su capacidad o si hacía falta, leí una vez que el empleo creció más en el sector estatal que en el privado.
La verdad es que esta idea nos está llevando a la ruina como país. Todos sabemos lo ineficiente que es el gobierno, la palabra burocracia se asocia con ineficiencia, trabas y mal servicio.
El gobierno al igual que la gente que gasta lo que no debe, no le queda otra que hacer un alto y evaluar sus prioridades, ¿Queremos una Costa Rica llena de huecos en las calles y miles de empleados en el MOPT? ¿Queremos un país con muchos empleados en el ministerio de relaciones exteriores y escuelas sin pupitres?
Sin duda, es hora de cambiar.
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