martes, 5 de mayo de 2009

Accidentado y decepcionado

El pasado jueves era un día "normal". Me levanté a las 5:30AM, me bañé y me dispuse a ir a dejar a Andrea a su trabajo, para luego ir al mío.
A las 6:15Am salimos de casa en moto y nos dirigimos hacia Heredia, recuerdo que iba con tiempo y todo parecía bien.
Llegamos al Palacio de los Deportes, en la esquina sureste del mismo doblé hacia el este y avancé y entonces vi un camión de carga, de esos que se usan para repartir materiales de construcción en la esquina del HSBC-Pane Vino, que simplemente no hizo el alto, sino que bajó un poco su velocidad y siguió avanzando, le pité y frené, el camión simplemente siguió avanzando y no me quedó otra: Escoger entre chocar con el camión, o maniobrar y tirarnos al piso para evitar el choque.
El resultado: Nos caímos de la moto. Yo me disloqué el hombro derecho y tengo varios raspones, el principal en mi brazo derecho. Pero eso no es nada, Andreita se raspó todo el codo, la rodilla, el pie y tiene golpes serios en su espalda y tobillo.
El tipo se bajó del camión y dijo que no nos había visto. La calle estaba totalmente despejada y en esas esquina hay un parqueo que estaba vacío, había total visibilidad, pero según él no nos vió porque los camiones tienen un punto ciego por el espejo. ¿Un punto ciego a los lados? ¡Con razón se brincan tantos altos!
Al rato de estar allí, esperando a la familia de Andrea, llegó un oficial de tránsito, apenas arribó saludó al chófer del camión, y a mí ni a Andrea nos preguntó como estábamos, yo solicité que hicera un un parte y entonces me dijo:
-¿Ustedes chocaron contra el camión?
- Si chocamos, nos matamos, apenas me lo quité y por eso me caí.
- ¡Ah no! Si no chocaron no hay parte
Y en el mismo instante mandó a mover el camión. Así como lo leen, el camión que estaba en media calle, bloqueando el paso por haberse brincado un alto y haberme causado una caída era "inocente".
No habían pasado cinco minutos y el camionero ya se había dado a la fuga.
Estoy decepcionado de las leyes de este país, pero más aún de las autoridades como este oficial de tránsito, supongo que el idiota fui yo por no chocar, supongo que para él nosotros nos tiramos al piso porque es muy divertido dislocarse el hombro y causarse raspones.
Supongo que la muy evidente violación a la ley de tránsito por parte del camionero al "brincarse" el alto no importa. En serio, créanme que el camión estaba en media calle. Pero eso no importa.
Según me cuentan tanto el oficial como el camionero viven cerca de mi casa, la verdad prefiero no verlos, porque si los llego a ver, probablemente los golpee con lo primero que tenga a mi alcance y como no habría choque no habría porqué hacer un parte.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Están vivos. Hay que agradecer al universo.

Tiburón dijo...

uy mae que ofe!!