He notado como en los últimos días le han dado cobertura a la noticia de la deportación, por parte de los Estados Unidos de Norteamérica, de una familia de costarricenses.
La verdad, acá hay sólo algo que decir: ¡Bien por los gringos!
Si uno se va a vivir de ilegal a un país, lo que puede esperar es que lo deporten.
Ellos llegaron con una visa de turistas, válida por seis meses y se quedaron quince años, qué la hija estudiara allá no es justificación.
Cada quién en su casa hace lo que quiere, si los gringos quieren echarlos, pues bien por ellos.
Espero que algún día el gobierno de Costa Rica haga lo mismo con los nicas, colombianos, dominicanos, y otro montón de ilegales.
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